Quién le iba a decir a Franco que quien iba a mantener vivo su recuerdo y su memoria iba a ser la izquierda española. No la izquierda que luchó contra la dictadura y abogó por la instauración de la democracia. Es otra izquierda. Una izquierda a la imagen y semejanza de Zapatero y Sánchez. Una izquierda que recurre a Franco para tapar su incapacidad para gobernar.
Se revive tanto a Franco que hasta parece un bulo que haya muerto y la imagen de Arias Navarro anunciando «españoles…Franco ha muerto» haya sido creada por la Inteligencia Artificial, de la cual, el científico Marvin Lee Minsky, ya hablaba en aquel entonces.
Para disfrutar del presente hay que superar el pasado, salvo cuando el presente es tan negro, en el orden judicial y político, que haga a Sánchez más digerible revivir el pasado.
El presente no es que sea negro para Sánchez, está renegrido. Hoy declara en el juzgado el que fuera mano derecha de Sánchez, Ábalos, el cual pidió comparecer voluntariamente para desmentir a Aldama, pero Aldama comparece cuatro días después. ¿Quién va a desmentir a quién? Quien tenga la última palabra.
El día 17 comparece Koldo, el que custodiaba los votos de Sánchez, el chico de los recados, el 18 la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, el 20, Cristina Álvarez, asesora de la esposa. Cuando comience el año, comenzarán a declarar los responsables de la Agencia Tributaria que exculparon al hermano de Sánchez, ocho cargos de la administración socialista de Extremadura y el 9 de enero, el hermano de Sánchez, David Sánchez.
Un constante ir y venir a lo juzgados, una máquina constante de titulares, de espacios informativos que, ni la invocación constante a Franco, ni el centenar de actos anunciados para conmemorar la muerte de Franco va a poder eclipsar el presente futuro.
