El parlamentario británico Richard Fletcher-Vane, más conocido como Lord Inglewood, pronto dejará de realizar el trayecto semanal desde su castillo en el noroeste de Inglaterra hasta la Cámara de los Lores londinense, tras una reforma del gobierno laborista.
"A nadie le gusta que lo despidan, especialmente cuando siente que lo despiden por el motivo equivocado", confió este aristócrata a AFP en su gran propiedad en Hutton-in-the-Forest, cerca de Penrith, a 480 km de Londres.
El Gobierno laborista, que llegó al poder en julio, introdujo una reforma de esta cámara alta del Parlamento destinada a eliminar los 92 escaños, de un total de cerca de 800, que todavía se heredan dentro de la nobleza británica.
Tras su aprobación por la Cámara de los Comunes (la cámara baja), el proyecto de ley será examinado por los Lores el miércoles.
Según el gobierno británico, Lesoto, en el sur de África, es el único país del mundo donde existe un sistema comparable, con parlamentarios aristócratas que heredan escaños.
Richard Fletcher-Vane, que toma el tren a Londres muchas semanas, ingresó en la Cámara de los Lores en 1989 y se convirtió en barón de Inglewood tras la muerte de su padre.
Este aristócrata de 73 años fue secretario de Estado en un gobierno conservador de John Major en la década de 1990 y eurodiputado.
En su castillo, cuya parte más antigua data del siglo XIV, reconoce el carácter anacrónico de la transmisión de este puesto parlamentario de una generación a otra, aunque defiende el aporte que hicieron muchos aristócratas de la Cámara de los Lores.
"Siempre he intentado tomarme esto en serio", afirma.
La Cámara de los Lores cuenta actualmente más de 800 miembros, algunos de ellos del clero. En su mayoría ostentan un cargo vitalicio, como es el caso de antiguos primeros ministros, y su edad media es de 71 años.
La función de la Cámara de los Lores, que existe desde el siglo XIV, es estudiar los proyectos de ley que le envía la de los Comunes y también puede tomar la iniciativa de crear nuevas leyes.
John Attlee, nieto de un antiguo primer ministro laborista, Clement Attlee, que fue ennoblecido, también se encuentra entre los parlamentarios que se preparan para colgar las tradicionales túnicas rojas heredadas.
Exreservista del ejército británico, este hombre de 68 años, que se dedicó también al negocio del transporte en carretera, es miembro de la cámara alta del Parlamento desde 1992.
"Como he tenido una vida normal, tengo una experiencia que pocas personas tienen en el Parlamento", explica a AFP en una sala del Parlamento.
Al poner fin a la tradición de escaños heredados, el Partido Laborista, que ha regresado al poder después de catorce años de gobierno conservador, completa una reforma iniciada por el gobierno de Tony Blair en 1999, que dejó a 92 parlamentarios de forma temporal con sus escaños heredados.
"La reforma de la Cámara de los Lores vuelve regularmente a la agenda política desde hace más de un siglo", afirma Daniel Gover, experto constitucionalista de la Universidad Queen Mary de Londres.
Y los parlamentarios que heredaban sus escaños sabían que tenían los días contados:
En cuanto a número de miembros, la Cámara de los Lores es "la segunda asamblea legislativa más grande del mundo después del Congreso Nacional Popular de China", subraya la organización Electoral Reform Society, pidiendo una reforma más amplia para sustituirla por "una más pequeña, con parlamentarios electos".
Muchos parlamentarios son criticados por su falta de asistencia y los que acuden a la cámara alta pueden recibir una asignación diaria de 361 libras (460 dólares), además de una indemnización por desplazamiento.
Lord Inglewood sabe que su último día en esta cámara, probablemente el próximo año, será un momento "triste". Pero ya ha vivido la experiencia de perder su escaño en el Parlamento Europeo. "Pasé por eso, hay una vida después", relativiza.
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