El Papa Francisco sostuvo el lunes una audiencia privada con tres periodistas que han estado investigando los escándalos vinculados al Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), organización católica con sede en Perú. Paola Ugaz y Pedro Salinas han sido objeto de múltiples denuncias legales y acoso en redes sociales debido a sus reportajes sobre el tema. Este lunes a las 9 de la mañana se reunieron en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, en representación de las víctimas del Sodalicio y de otros periodistas que investigaron los crímenes cometidos por miembros de esta comunidad fundada por Luis Figari en el año 1971.
Este encuentro se dio de manera posterior a la que sostuvo el Sumo Pontífice el pasado 23 de noviembre con Giuliana Caccia y Sebastián Blanco, quienes acusaron al SCV por acoso y presentaron una denuncia civil penal y una denuncia eclesial contra un funcionario del Vaticano que investiga al grupo por una aparente violación del secreto profesional.
El Papa les extendió su apoyo a los que se encuentran investigando los casos de abuso en el Sodalicio de Vida Cristiana. El año pasado, él mismo ordenó a dos de sus investigadores que viajen a Lima para una investigar las denuncias de abuso contra este grupo, que terminó con la expulsión de Luis Figari y otros 14 miembros.
Caccia y Blanco fueron amenazados que debían retractarse de su denuncia contra el monseñor Bertomeu, investigador del Papa, o sería excomulgados de la Iglesia Católica. Pero después de su reunión, este decreto de excomunión fue anulado y ellos declararon que la denuncia contra Bertomeu tuvo el apoyo del Papa.
Los periodistas peruanos Paola Ugaz y Pedro Salinas denunciaron en una conferencia de prensa estar siendo objeto de acoso judicial y sistemático por parte de la organización Sodalicio de Vida Cristiana. Ambos afirmaron que esta persecución es una represalia por sus investigaciones, en las que han reunido diversas denuncias contra la entidad, incluyendo acusaciones de pedofilia y abuso de poder contra algunos de sus miembros.