La policía de Pakistán ha arrestado a casi 1.000 manifestantes que marcharon hacia la capital exigiendo la liberación del ex primer ministro encarcelado Imran Khan, ha confirmado el jefe de policía de Islamabad. El inspector general de la policía de la capital Pakistaní, Ali Nasir Rizvi, ha señalado ante los medios que los agentes y los paramilitares estatales «han arrestado a 954 manifestantes en tres días». Tal como ha asegurado, 610 de esas detenciones se realizaron sólo el martes. Al menos seis personas han muerto durante las protestas, cuatro policías y dos manifestantes. La tensión en la capital pakistaní ha aumentado de forma significativa a medida que los manifestantes se han aproximado al conocido cruce de D-Chowk, una gran plaza en la que se encuentran la sede del Parlamento, la oficina del primer ministro y el Tribunal Supremo, entre otras instituciones, y que ha sido en el pasado escenario de numerosas protestas. A medida que los agentes han lanzado gas lacrimógeno contra los miles de seguidores de Khan que han ido llegando hasta el centro de la ciudad a pesar de las medidas impuestas por las fuerzas de seguridad, los enfrentamientos se han ido recrudeciendo. La situación, que ha sido condenada por el primer ministro, Shehbaz Sharif, que habla de «un claro ataque extremista» por parte de los manifestantes, ha provocado el estancamiento de las conversaciones entre el Gobierno y los miembros del partido de Khan, el opositor Movimiento por la Justicia en Pakistán (PTI). Así, ha indicado que se trata de un acto de «extremismo» y no tan solo de una protesta pacíica. «El derramamiento de sangre para sacar adelante una agenda política nefasta es inaceptable y condenable», ha aseverado Sharif, que ha indicado que Pakistán «no puede permitirse este caos». El lunes por la noche, tras una intensa jornada en la que los manifestantes se quedaron a las puertas de la ciudad, las autoridades iniciaron conversaciones con los opositores, a los que ofrecieron la posibilidad de autorizar las protestas en una gran avenida situada a las afueras, la de Sangjani. A pesar de que los principales líderes del partido han tratado de convencer a la mujer de Jan, Bushra Bibi, para que cambiara el objetivo final de la marcha, los manifestantes han seguido adelante y han avanzado este martes hasta la Zona Roja de la ciudad -centro institucional-, según informaciones recogidas por el diario 'Dawn'. Datos policiales apuntan a la presencia de unas 34.000 personas, quienes habrían partido de la ciudad de Peshawar, en la provincia de Jíber Panjtunjua después de que el pasado 13 de noviembre el prorpio Jan realizara un llamamiento a una protesta nacional esta semana.