En el mundo hípico español pocos nombres resuenan con tanto peso como el de José Marsá, fundador de IFEMA Madrid Horse Week (IMHW), un evento, que en esta edición se celebrará del 28 de noviembre al 1 de diciembre, que ha transformado el panorama de la hípica en España y se ha consolidado como una de las citas más importantes del calendario ecuestre internacional.
El amor de José Marsá por los caballos nació hace más de cuatro décadas, cuando, con doce años, visitó el club SEK. "Mis mejores recuerdos de infancia se remontan a ese lugar", cuenta. Allí conoció a las figuras que moldearon su pasión. "Miriam Frenk, una gran mujer de caballos, y José María Vázquez Goyoaga, mi primer profesor de Salto, me transmitieron el amor por los caballos más allá del deporte", relata. Ese amor se transformó en algo más profundo gracias a Jaime Arango, que le inculcó el espíritu de competición. El club SEK también dejó marca a nivel personal: "Fue donde conocí a mi mujer, hice mis mejores amigos y, con el tiempo, compartí esta pasión con mis hermanos y mis hijas".
La conexión de Marsá con los caballos se ha fortalecido con los años gracias a su familia, en particular a su hermana Diana. "Ella, 17 años menor que yo, mostró un talento especial desde pequeña. Su habilidad con los ponis y su entrenadora, Lola Nogales, la llevaron a ganar sin parar, y me convertí en su fan número uno. Diana se dedicó profesionalmente a los caballos y me transmitió un conocimiento que ahora aplico con mis hijas y los caballos que crío", asegura. Ese vínculo lo ha transmitido a sus hijas, especialmente a Claudia, que ha encontrado en los caballos no sólo una pasión, sino también un compañero de vida: "Se casará con un jinete profesional, Fernando de los Santos, lo que asegura que los caballos seguirán siendo parte central de nuestra familia".
IFEMA Madrid Horse Week nació de una idea sencilla, pero ambiciosa. "Surgió tomando un café y con una servilleta", como el fichaje de Zidane por el Real Madrid. Aquel concepto inicial cobró vida gracias a su amigo Carlos González, de IFEMA, y al apoyo de los hermanos Pino, que diseñaron el primer PowerPoint del proyecto. Llevar la idea a la realidad requirió la colaboración de un equipo excepcional. "Daniel Entrecanales y Oxer Sport, liderados por Luis Cabanas, Álvaro Arrieta, Pablo García Piqueres e Ismael Liaño, fueron fundamentales para materializar este sueño", afirma. "Mucha gente puede en algún momento soñar con un evento así, pero para hacerlo realidad tienes que poder contar con los mejores. Años después se ha podido ver que la unión del equipo de Daniel acompañado por Pablo Ollero y Oxer Sport han formado ese equipo increíble que es capaz de convertir cualquier sueño en realidad".
Con los años, el evento creció integrando disciplinas como Salto, Doma Clásica, Volteo y Doma Vaquera, además de diversos espectáculos. Para Marsá, IMHW es mucho más que un concurso: es un espacio que reúne a todo el universo ecuestre bajo un mismo techo. "Es un escaparate para fomentar el deporte ecuestre en España y es un homenaje al mundo del caballo y a quienes lo hacen posible", dice. La visibilidad internacional que ha ganado el evento ha contribuido al crecimiento del sector, atrayendo a la élite mundial.
A pesar de todo, Marsá reconoce que hay retos por superar. "En España falta inversión en centros de concursos y una mayor profesionalización. También necesitamosmás mozos y jinetes especializados", reclama. Y se muestra optimista: "Creo firmemente que el caballo puede convertirse en una forma de vida para muchos, como ocurre en otros países europeos. Tan sólo nos hace falta empezar a creernos que España sí es un país de caballos".
Marsá también aboga por la importancia de la cría en el desarrollo del deporte hípico en España. Su yeguada, Emiralia, lleva 15 años produciendo caballos de alta calidad como "Sidney D’Emiralia" o "Cloe D’Emiralia". "La cría es fundamental. Aunque se dice que aquí no se puede criar por el clima o los costes, los mejores caballos que he tenido son los que yo mismo he criado", asegura. Marsá cree que el Caballo de Deporte Español (CDE) tiene el potencial de competir conlos grandes criadores europeos. "De poco nos vale dedicarle todo nuestro esfuerzo eilusión a criar en España si luego le regalamos el fruto resultante de nuestro trabajo a nuestros vecinos".