El Partido Socialista de Madrid ha implosionado en las últimas 24 horas. Nadie en la federación madrileña entiende por qué el dirigente acudió a un notario a registrar la conversación de WhatsApp que tuvo con Pilar Sánchez Acera —que entonces trabaja en el gabinete de presidencia del Gobierno— sobre la causa judicial del novio de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Militantes y cuadros medios han trasladado a Ferraz su rechazo a la continuidad de Lobato y piden que sea el actual ministro de Transición Digital y Función Pública, Óscar López, quien lidere el proyecto, según confirman a Confidencial Digital fuentes socialistas.
Este martes, el secretario autonómico ha comparecido para acusar a la dirección del PSOE de una campaña contra él, y de volver a interferir en la federación madrileña. El dirigente se ha negado a dimitir, como le han pedido desde casi todas las instancias del partido, y Ferraz prefiere evitar una batalla a tres días del 41 Congreso Federal. Respetará el calendario marcado por el propio Lobato y trabajará en una alternativa para las primarias fechadas para el próximo 7 de diciembre.
Según informó ABC este lunes, el máximo responsable del PSOE en la Comunidad de Madrid recibió una serie de mensajes de Sánchez Acera, responsable de prensa de Óscar López —entonces jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez— para que utilizara en la sesión de control el pantallazo de un correo enviado por el novio de Ayuso a la Fiscalía. En él, la pareja de la presidenta reconocía haber cometido fraude fiscal e intentaba alcanzar un acuerdo para no ir a juicio.
Dichas misivas —publicadas por varios medios horas antes— desmentían la versión difundida por el equipo de Ayuso, que intentó trasladar justo lo contrario: que había sido la Fiscalía quien ofrecía un pacto a González Amador.
El Tribunal Supremo investiga desde hace semanas cómo llegaron esos correos privados —que Lobato terminó utilizando para atacar a Ayuso— a los medios de comunicación, es decir, quién los pasó a la prensa, dado que se trataba de información reservada y podría suponer un delito en caso de que la Fiscalía los hubiese filtrado.
Estas diligencias han llevado al alto tribunal a imputar al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, que según el último informe de la UCO, tuvo "un papel preeminente" en la filtración, aunque no ha conseguido pruebas concluyentes de que sea García Ortiz que difundió los correos.
La información de ABC ha disparado las sospechas sobre si Moncloa pasó a Lobato el correo antes de que se difundiera en los medios. De ser así, supondría que el Gobierno pudo obtener la información reservada directamente de la Fiscalía, lo que acotaría el cerco sobre García Ortiz.
Sin embargo, Lobato negó este lunes —al igual que Moncloa— que los mensajes que le envió Sánchez Acera incluyesen información exclusiva, y afirman que se limitó a pasarle artículos que ya habían publicado distintos periódicos. "Me dijo que había que utilizarlo [el correo de González Amador a la Fiscalía] en la sesión de control. Le pregunté que de dónde venía, y me dijo que de los medios", así ha explicado Lobato la conversación que registró ante notario, según el dirigente, para proteger al partido de posibles acusaciones.
Pero, en el PSOE de Madrid hay dos preguntas sin respuesta: si los wasaps no incluían nada relevante, ¿por qué acudió ante notario para dejar constancia sin decir nada a nadie? Y en caso de que revelasen que Moncloa había obtenido el correo desde Fiscalía, acudir ante un notario le convertiría en cómplice. ¿Por qué decidió hacerlo entonces?
El enfado en el partido es monumental. Desde la militancia, a los cargos intermedios y terminando en la cúspide de la formación. Distintas fuentes consultadas por este medio confirman la sensación de estupefacción que atraviesa al PSOE de Madrid. Ni siquiera las personas hasta ahora cercanas a Lobato respaldan el comportamiento del dirigente.
Tanto la militancia como cargos medios del PSOE regional rechazan de plano la continuidad de Lobato. Consideran que no está a la altura para liderar un proyecto que tiene como objetivo vencer a una de las dirigentes con mayor tirón electoral del país, Isabel Díaz Ayuso. Cuadros medios socialistas han trasladado este sentir hacia arriba, para que llegue a Ferraz, y han pedido que sea Óscar López quien lidere a los socialistas madrileños.
La aparición del ministro de Transformación Digital en escena no es nueva. En las últimas semanas, tras el último desencuentro entre Ferraz y Lobato por las primarias en Castilla y León, comenzó a sonar, cada vez con más fuerza, el nombre del exjefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ahora, todo apunta a que Ferraz apostará por López en las primarias del 7 de diciembre.
La conducta del actual secretario general del PSOE de la Comunidad de Madrid ha supuesto la gota que ha colmado el vaso. En la dirección socialista llevan meses sin entender los reproches públicos que ha lanzado a las decisiones del Gobierno. También ha sido crítico con Ferraz y el secretario de Organización, Santos Cerdán, y se ha posicionado junto a Luis Tudanca, líder de los socialistas castellano y leoneses, en su pugna abierta con la cúpula del PSOE por la fecha de las primarias que protagonizó el mes pasado.