El portaviones de la marina de Estados Unidos Harry S. Truman, en el que viajan actualmente unos 4.800 tripulantes y que tiene capacidad para llevar entre 50 y 70 aeronaves, navega estos días frente a la costa sur de España en dirección al Mediterráneo, dentro de un nuevo despliegue con el que este "gigante" de las fuerzas estadounidenses fortalece la interoperatibilidad con sus propias unidades y con las de los aliados de la OTAN.
Por ejemplo, en su paso por la costa atlántica de Cádiz, en su viaje al Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar, el 'Harry S. Truman' -que desplaza más de 100.000 toneladas y mide 332,8 metros de eslora -cien metros más que el portaaviones Juan Carlos I de la Armada española, ha realizado este pasado domingo maniobras con la fragata española Méndez Núñez.
"Es realmente fantástico ver las capacidades que las fuerzas combinadas pueden presentar ante cualquier potencial amenaza que podamos afrontar como aliados, ahora o en el futuro", dice, en declaraciones a EFE a bordo del buque, su capitán Dave Snowden.
El portaviones Harry S. Truman partió de la estación naval de Norfolk (Virginia), su puerto base, hace dos meses, en septiembre, en un nuevo despliegue en Europa que le ha llevado primero al mar de Noruega y, desde allí, a España, en su camino al Mediterráneo, donde completará una misión que se suele prolongar unos seis meses. Buena parte de nuestro empleo (en este despliegue) es trabajar con las fuerzas navales estadounidenses en Europa y norte de África, con los aliados de la OTAN y otros socios. Esa es, en realidad, toda la efectividad y la fuerza de nuestros portaviones, el hecho de que podemos unirnos con nuestros aliados y socios. Eso nos hace a todos más fuertes para operar juntos", explica a EFE el almirante Sean Bailey.
El Harry S. Truman es uno de los once portaviones que tiene actualmente la marina de Estados Unidos, al que se sumará uno más que está en construcción. "Alrededor del mundo tenemos normalmente cuatro portaviones para operar alrededor del globo", explica el almirante. El Harry S. Truman es capaz de ofrecer una amplia gama de capacidades, desde operaciones de seguridad marítima, proyección de poder expedicionario, presencia naval avanzada, respuesta a crisis, control marítimo, disuasión, contraterrorismo y operaciones de información.
La potencia área embarcada incluye helicópetros Seahwak y Romeo y aviones cazas polivalentes FA18E y FA18F, capaces de proyectar sus misiones incluso en el área submarina. Con el nombre del 33 presidente de los Estados Unidos, es el noveno portaaviones de propulsión nuclear de Estados Unidos y el octavo de la clase Nimitz, y fue botado en 1996, tras una inversión de 4.500 millones de dólares.
En sus 28 años de vida, en los que ha sido sometido a distintas mejoras, ha participado en destacados conflictos. En 2002, tras los atentados del 11-S contra a las TorresGemelas, el portaviones apoyó la Operación Libertad Duradera. En esa etapa estableció un récord de más aterrizajes detenidos en un solo día, con 335.
En 2003, pasó 89 días consecutivos en el mar sin escala en puerto, incluido el primer reabastecimiento en el mar desde la Guerra de Vietnam mientras lanzaba simultáneamente aviones de combate. Tras esa misión "el día 90, Truman echó anclas en Portsmouth, Inglaterra, donde la tripulación apareció en los titulares de las noticias locales por beber hasta secar los pubs", recuerda en su página web.
En diciembre de 2021 se desplegó, bajo el mando de la OTAN, en respuesta a la invasión de Rusia a Ucrania, en lo que fue la operación continua más larga de un portaviones estadounidense en el Comando Europeo de EEUU en más de 20 años.
El barco es "una ciudad en el mar" en el que conviven hasta 6.000 tripulantes que, normalmente sólo pisan tierra unos días cuando se ubican en un puerto, indica el capitán Dave Snowden. En esta ocasión pisaron tierra en un puerto en Noruega, y en poco tiempo, volverán a hacerlo en una parada en Marsella.
"Tenemos nuestro propio sistema bancario, nuestro propio departamento de Policía, nuestro propio hospital.... todo lo que puedas encontrar en casa, lo tenemos aquí a bordo", añade el capitán. "Trabajamos desde la mañana hasta la tarde. En nuestro tiempo libre encontramos a nuestras amistades, jugamos al dominó, o a diferentes juegos entre nosotros, como una familia", explica Jocelyn Pérez, que desde hace dos años trabaja en el servicio de comida del buque.