El Dios del fútbol falleció hace cuatro años, pero su recuerdo sigue vivo. La memoria no le olvida
en las calles de Nápoles, en el Sánchez Pizjuán , en el Camp Nou ni en el Estadio de Argentinos Juniors
pese a que el cuerpo de Diego Armando Maradona no siga entre nosotros. Los amantes del fútbol continúan su vida mientras enseñan a los que se unen a esta afición al que un día fue el mejor de los vivos y hoy es la leyenda más grande de todos los tiempos.
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