La orden de detención contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, emitida este jueves por la Corte Penal Internacional, no impedirá que los principales líderes europeos y mundiales continúen acudiendo al líder hebrero como interlocutor principal para frenar la ofensiva sobre Gaza y Líbano. De hecho, fuentes diplomáticas aseguran a Confidencial Digital que la decisión del tribunal apenas tiene consecuencias reales y, desde luego, carece de influencia alguna sobre el alto el fuego que pretende la comunidad europea desde hace meses.
Estas mismas fuentes resaltan que hay ejemplos recientes que evidencian la nula importancia que tiene el paso dado por la CPI. Este mismo organismo, regido bajo el Tratado de Roma, ya emitió la misma orden sobre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, tras su ofensiva sobre Ucrania. El resultado, año y medio después, es que la guerra continúa y no hay viso alguno de que el mandatario ruso pretenda frenar su escalada. Más bien al contrario, Estados Unidos autorizó el pasado 17 de noviembre a Ucrania para que utilizara misiles de largo alcance norteamericanos contra territorio ruso y Moscú ha respondido lanzando misiles balísticos intercontinentales.
Los contactos con el mandatario israelí no solo no van a frenar, sino que son la única vía de los líderes internacionales para tratar de llegar a un alto el fuego. La Eurocámara ya pidió el cese de los ataques en Gaza el pasado enero, y fuentes diplomáticas aseguran que los principales líderes europeos solo pueden interlocutar con Israel a través de Netanyahu.
La orden de la Corte Penal involucra a los países firmantes del Tratado de Roma, pero no modifica en absoluto los planes de la comunidad internacional de negociar con el primer ministro de Israel.
Las fuentes consultadas por este digital, añaden que tampoco creen el mandatario hebreo vaya a frenar la ofensiva por la decisión del tribunal. Más allá del enfado que ha provocado en el primer ministro israelí, consideran que hace tiempo que ha demostrado no tener en cuenta la opinión de la comunidad internacional, que hace meses que se ha posicionado en contra de los ataques del ejército de Netanyahu.
Incluso Estados Unidos, el principal aliado de Israel, pidió el pasado septiembre un alto el fuego de 21 día en Líbano, el segundo territorio sobre el que se ha desplegado el ejército de Israel. En los últimos meses del mandato de Joe Biden en la Casa Blanca, las discrepancias entre ambos gobiernos se ha ido acrecentando por la opacidad de Netanyahu a la hora de informar sobre sus objetivos y decisiones militares.
Todos los países de la Unión Europea firmaron el Estatuto de Roma, que reconoce a la Corte Penal Internacional. Esto supone que, tras la orden de arresto, deben detener a Netanyahu si pisa cualquier estado miembro o cualquier país que secunde el Estatuto. En el mundo, hay 123 países que reconocen a este organismo: 33 en África, 28 en América, 19 en Asia y 43 en Europa.
Pero los líderes europeos descartan que el mandatario israelí vaya a moverse de Tel Aviv. En un caso hipotético de que tuviese que abandonar el país, el primer destino sería Estados Unidos, que no reconoce la autoridad de la CPI.
Los grandes ausentes son China, India, Rusia y Estados Unidos. De modo que si Netanyahu acudiese al territorio de su principal aliado, EE. UU., la orden de la CPI no tendría efecto alguno sobre él.