Compareció el Madrid en Butarque con ese uniforme naranja que parece el mono de un presidiario de película americana acudiendo esposado a su propio juicio por asesinato múltiple. Y se pudieron confirmar durante el encuentro tres sospechas que se venían barruntando desde hace tiempo: 1) cuando Mbappé juega por la banda, el equipo mejora sustancialmente, 2) Camavinga tiene que ser el cinco titular del Madrid, muy por encima de Tchouaméni ahora mismo en todos los apartados que se le piden a un pivote, y 3) los jugadores de la cantera pueden ser aprovechables para apuntalar el equipo y no solo como una medida desesperada en casos de fuerza mayor. La mejoría blanca es palpable, aunque no sabemos si será suficiente...
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