Una chica que roza la veintena esboza una sonrisa mientras camina por la calle y, por unos instantes, levanta la mirada, una mirada transparente, limpia. La escena es fugaz, en cuanto endereza el paso, acobardada, frunce el ceño, acelera y aprieta los labios para lograr esa voluptuosidad reservada a las divas de Hollywood. Si por unos instantes te detienes en una esquina cualquiera puedes ver eso y mucho más. Gente avergonzada de su felicidad, hombres y mujeres arrastrados por la convicción de que el éxito se obtiene a través de certificados de sufrimiento colectivo, de querellas y de ese activismo contra todo que nunca recuerda estar a favor de algo. Emociones superlativas diseñadas con Inteligencia Artificial para ser inalcanzables y...
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