Paula Badosa perdió el domingo ante Jessica Pegula (6-2, 3-6 y 6-3, en una hora y 53 minutos) en las semifinales de Cincinnati, pero el viento vuelve a soplar a favor para ella. La española llegaba en un momento fantástico de forma al partido, se atascó en un mal inicio y, aunque se recuperó y lo intentó hasta el final, no pudo culminar una remontada.
En el arranque del set definitivo, Badosa tuvo cuatro opciones de break, pero no concretó ninguna. En cambio, Pegula resistió ese arreón, rompió el saque a su rival para colocarse 5-3 y selló con su servicio el triunfo.
Era sólo su segunda derrota en los últimos 12 partidos, una buenísima racha que confirma que sus problemas en la espalda empiezan a olvidarse. Es una lesión que le ha complicado mucho en los últimos tiempos y que en algún momento se pensó que podía ser crónica, pero Paula está remontando el vuelo y empieza a dar resultado su decisión de no ir a competir a París.
La española se saltó los Juegos Olímpicos, en la tierra batida de Roland Garros, para centrarse en la gira norteamericana que va a desembocar en el cuarto Grand Slam de la temporada, que arrancará el 26 de agosto en Nueva York. Para empezar, Badosa ha conseguido garantizarse ser cabeza de serie en el cuadro de Flushing Meadows, al pasar del puesto 36 al 27 de la lista mundial, cuando no hace mucho necesitaba usar el ranking protegido para entrar en las fases finales de los torneos.
Ha ido recuperando puestos en la lista WTA al mismo tiempo que las sensaciones en la pista. Después de caer ante ben Wimbledon, Badosa reapareció en el WTA 500 de Washington, donde levantó el título y sólo cedió dos sets en su recorrido hacia el primer título de la temporada para ella. Después, el Toronto, no pudo jugar nada más que dos partidos, porque se encontró muy pronto con Ostapenko, cuarta favorita allí, a la que ganó el primer set y llevó al tie break en el segundo. Unas molestias en el pie, la obligaron a ser atendida en el tercer set y no pudo sobreponerse.
La tercera parada de la gira de pista dura era Cincinnati, donde ganó los cuatro primeros partidos sin ceder ni un solo parcial. No ha podido con Pegula, pero está en el buen camino.
