Quienes han trabajado con base en Reino Unido lo tienen claro. El estado en el que muchos viajeros ingleses embarcan con destino a algunas islas españolas es «muy mejorable». Tanto, que en un aeropuerto español «no le permitirían subir así al avión» . Pero en Inglaterra, aseguran, estos controles son más laxos. Esta alta tolerancia con pasajeros a priori problemáticos podría explicar el desvío del vuelo de Ryanair que el pasado 4 de julio conectaba Liverpool con Tenerife y que acabó tomando tierra en el aeropuerto de Santiago de Compostela después de que el comandante, máxima autoridad en el aire, diese la orden de desalojar a un viajero que había agredido a otros pasajeros y a parte de la tripulación . Las imágenes de lo ocurrido dentro del avión fueron captadas por algunos testigos que no dudaron en subirlas a sus redes sociales, sorprendidos por un incidente que, asumen las fuentes consultadas, «es más común de lo que parece». «En estas rutas es bastante normal encontrarte con gente el mal estado por el consumo de alcohol o de drogas. Ni siquiera hace falta que vayan en grupo, yo he tenido pasajeros que viajaban solos y que se han peleado con padres de familia « introduce una azafata que tuvo base en Liverpool y que sabe que esas tripulaciones están «muy preparadas» para contener estos conflictos. En el caso del vuelo desviado a Santiago, asume, tuvo que ocurrir »algo muy grave« para que se tomase la determinación de pedir tierra. En las imágenes publicadas por al menos dos testigos se puede ver cómo el pasajero conflictivo, de camiseta negra, golpea en cara a un azafato de vuelo que le está impidiendo abrir los compartimentos en los que se guardan las maletas. En ese momento otro pasajero responde dándole un puñetazo en la cara mientras cuatro personas tratan de reducir al individuo . Un vídeo posterior muestra ya el hombre tendido en el pasillo del avión, mientras personal de cabina trata de maniatarlo con el cinturón con el que realizan las demostraciones de seguridad bajo la atenta mirada de decenas de viajeros. Una vez en tierra, informan a ABC fuentes de la Guardia Civil, el comandante solicitó la entrada de los agentes para bajar del avión al hombre, quienes a su vez pidieron ayuda a los paramédicos al ver el estado en el que se encontraba. «Cuando los guardias subieron a la aeronave, los pasajeros lo habían inmovilizado ya» aclaran desde el Instituto Armado. De Santiago, el pasajero conflictivo fue trasladado el hospital de La Coruña con un efectivo del Instituto Armado acompañándolo dentro de la ambulancia y una patrulla detrás. Al día siguiente, aclaran las mismas fuentes, fue dado de alta y decidió volar de regreso a Inglaterra . Sobre su responsabilidad por el altercado, el comandante emitió un parte de incidencia que fue remitido a la Agencia Española de Seguridad Aérea, que será la que decida si se presenta una denuncia contra el viajero por los daños físicos y económicos derivados de su acción, que al resto de usuarios les valió un importante retraso en el inicio de sus vacaciones.
