Igual que los estudiantes que alargan el curso con pruebas extraordinarias, las Cortes de Castilla y León llegan al verano, cuando se pone fin al segundo periodo de sesiones del año, tratando de apurar al máximo los días para poder dar cumplida cuenta de sus obligaciones. De hecho, el calendario parlamentario, tal y como fue aprobado, obligará a sus señorías a habilitar julio para sus labores pendientes, un hecho que ya se ha convertido en costumbres porque casi todos los años es necesario utilizar este mes para algún asunto más o menos urgente, aunque los moradores del hemiciclo ya estén a medio gas y con las maletas casi hechas. Sin embargo, en este verano de 2024 no son cuestiones de poca enjundia, sino todo lo contrario, las que obligarán a los procuradores a mantenerse en sus escaños porque en los próximos quince días se celebrará el debate sobre el estado de la Comunidad y los consejeros comparecerán uno por uno (también lo hará el vicepresidente de la Junta) en la comisión correspondiente para dar cuenta de su gestión. Así que la primera cita será el miércoles y el jueves, jornadas en las que tendrá lugar el debate de Política General de la Comunidad . El 26, por la mañana, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, hará balance del año y aprovechará para realizar los oportunos anuncios. Por la tarde, turno para los diferentes grupos parlamentarios para que, al día siguiente, se presenten y, en su caso, se aprueben, las resoluciones. Se da la circunstancia de que este debate, con el que cada año se cierra el periodo de sesiones, como así lo establece el reglamento de la cámara, el pasado ejercicio no se celebró hasta el mes de octubre, lo que provocó una agria polémica con la oposición parlamentaria que no aceptó la justificación de la Junta de que el clima electoral reinante –las elecciones generales se celebraron el 23 de julio– lo iba a contagiar, así que se optó por retrasarlo. De esta forma, si Mañueco se examinó en octubre ante el Parlamento, ocho meses después volverá a hacerlo durante el último pleno de la temporada, aunque las dos sesiones se han retrasado una jornada, ya que los días fijados en el calendario por la Mesa de las Cortes eran el martes y el miércoles. Será, además, el momento de la despedida para el actual portavoz del Grupo Popular y eurodiputado electo, Raúl de la Hoz , que pondrá así fin a 25 años como parlamentario en Castilla y León. Su sustituto es todavía hoy una incógnita que sólo Mañueco puede despejar, aunque no lo hará hasta el mes de septiembre, cuando vuelva la actividad. Entonces se sabrá si mueve banquillo y corre el turno (le tocaría al abulense Miguel Ángel García Nieto) o se decide por una reestructuración más profunda que obligue a cambiar peones, también en la Junta e, incluso, cabe la posibilidad de que por primera vez una mujer esté al frente de Portavocía del Grupo Popular. La segunda cita, en este caso extraordinaria, obligará a habilitar el mes de julio para que los diez consejeros y el vicepresidente, Juan García-Gallardo , comparezcan en sus respectivas comisiones con el objetivo de hacer balance de su gestión al llegar al ecuador de la legislatura. Lo harán del 1 al 5 de julio, a razón de dos consejeros por jornada, y el día 8 se reservará para Gallardo que, aunque no tiene competencias propias de una consejería, dará cuenta de la labor de la Vicepresidencia. La obligación de que los consejeros se examinen a mitad del mandato es relativamente nueva, ya que es consecuencia del Estatuto del Alto Cargo, aprobado en 2016, según el cual los titulares de cada uno de los departamentos del Ejecutivo autonómico, una vez finalizado el segundo año de legislatura , están obligados a acudir a las Cortes para informar del grado de cumplimiento de los objetivos de su departamento . Unas comparecencias que en la historia de la Comunidad sólo se han producido en dos ocasiones: la primera, en el último Gobierno de Juan Vicente Herrera, en septiembre de 2017, y, la segunda, con el Ejecutivo PP-Ciudadanos, en el mismo mes, pero de 2021.
