El Papa está comprometido a detener la guerra en Ucrania. En Semana Santa, presidió el Vía Crucis de Viernes Santo ante dos mujeres – una ucraniana y una rusa- que entrelazaron sus manos para llevar la Cruz en la XIII estación y decirle al mundo que la paz es más grande que el odio y la venganza. A finales de marzo, consagró Rusia y Ucrania al Corazón inmaculado de la Virgen María en un gesto espiritual de enorme calado. Y la posibilidad de viajar al país, a pesar del riesgo que conlleva pisar una tierra en conflicto, no se le quita de la cabeza.
Así lo ha revelado en un encuentro con cerca de 160 niños en el Patio de San Dámaso del Palacio Apostólico del Vaticano. Los pequeños han presentado al pontífice sus preguntas sin cortapisas. Uno de ellos era Sachar, un niño obligado como tantos otros a abandonar su hogar para salvarse del horror de las bombas. Ahora vive en Roma como refugiado y le ha pedido expresamente que visite su país: «¿puede ir a Ucrania para salvar a todos los niños que están sufriendo allí ahora?». Ante su mirada atenta y tierna, Francisco ha asegurado que quiere ir a Ucrania si bien ha matizado que tiene que buscar «el momento justo».
«Me alegro de que tú estés aquí: yo pienso mucho en los niños de Ucrania, y por eso he enviado a algunos cardenales para que ayuden allí y estén cerca de toda la gente, pero especialmente de los niños. Yo quisiera ir a Ucrania; sólo que tengo que esperar el momento para hacerlo, ¿sabes?, porque no es fácil tomar una decisión que puede hacer más mal a todo el mundo que bien», le ha contestado el Papa con humildad.
En este sentido, ha revelado que su agenda de esta semana incluye una reunión con representantes del Gobierno de Ucrania «que vendrán para hablar de una posible visita mía allí». «Veremos que sucede», ha remachado dejando la puerta abierta. Se trata de una decisión que todavía no está tomada, pero que continúa sobre la mesa. El Pontífice cuenta desde hace semanas con la invitación del presidente, Volodímir Zelenski, así como con la del alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, para visitar Ucrania. Francisco ya había expresado su disponibilidad para viajar a Moscú y verse allí con Putin si con ello contribuía a detener la invasión de Ucrania. Durante el regreso de su viaje a Malta, a principios del mes de abril, aseguró a los periodistas que estaba disponible para viajar a Kiev, aunque no sabía «si se podrá hacer, si es conveniente o si debo hacerlo», indicó.
Para expresar su cercanía ante la desolación que provoca la maquinaria bélica, el Papa ha enviado en varias ocasiones a dos cardenales de la Curia Romana que han recorrido el país llevando su mensaje de esperanza: el cardenal Konrad Krajewski, elector, y el cardenal Michael Czerny, prefecto en funciones del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral.
Durante el entrañable encuentro de esta tarde en el Vaticano, en el que también han participado varios niños con discapacidades físicas y cognitivas, los pequeños le han preguntado si es difícil ser Papa, a lo que Francisco ha respondido que Dios siempre le da las fuerzas que necesita.
