La nueva mano derecha de Nadia Calviño, el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, ya ha mostrado su primer choque con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en cuanto a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). En una entrevista a 'El Confidencial', García Andrés, que ocupa su nuevo cargo desde hace unas pocas semanas, cree que «es poco prudente retomar ahora la subida del SMI». El actual secretario de Estado de Economía se alinea así con Nadia Calviño y las patronales empresariales, que creen que todavía es demasiado pronto para incrementarlo.
En el otro lado está Yolanda Díaz, que pretende acelerar la subida del SMI a 1.000 euros. Hace unos días la propia titular de Trabajo dijo que en los próximos días se conocerá si el Gobierno subirá este mismo año el SMI.
Sobre esta posible urgencia por parte de Trabajo, García Andrés ha explicado que «en este entorno en el que estamos todavía aproximadamente un millón de empleos por debajo de la situación prepandemia, si tomamos en cuenta los datos desestacionalizados, lo más prudente nos parece esperar a que tengamos más claridad sobre la recuperación y poder reanudar ese avance hacia el objetivo de final de la legislatura, que es el 60% del salario medio, y que culminaría el esfuerzo que se hizo al inicio de la legislatura». Además, incide en que todavía el paro juvenil es alto y que hay sectores como la hostelería que continúan con altos niveles de ERTE.
No es la primera disputa entre Calviño y Díaz desde que comenzara la actual legislatura. Ambas vicepresidentas marcan las líneas más claras de las diferencias entre los dos partidos políticos, PSOE y Unidas Podemos, que forman el Gobierno. Así, como informó ABC, Calviño se alineó con los empresarios y no con Díaz a la hora de abordar la reforma laboral que Trabajo quiere eliminar, mientras que los empresarios todavía no.
También hubo ciertas discrepancias a la hora de actuar para abordar los ERE que la banca está acometiendo. Tal y como informó ABC, mientras Calviño se reunía con las entidades para tratar de abordar desde el diálogo una bajada en el número de despidos, el Ministerio de Trabajo pasó a la acción mandando directamente cartas a BBVA y Caixabank. Unas misivas que no sentaron bien en las entidades bancarias y que dificultan la relación del sector con el Ejecutivo.
