La presidenta de la Sociedad Española de Epidemiología, Elena Vanesa Martínez Sánchez, advirtió durante el primer diálogo #VacúnaTE de que no se va a dar una vuelta a la normalidad, sino “a algo parecido” y que esa transición “va ser lenta y debe serlo para no recaer”.
Así lo dijo durante su participación en este programa en directo, realizado en el marco del proyecto #VacúnaTE que Maldita.es y la agencia de noticias Servimedia desarrollan contra la desinformación sobre las vacunas de la Covid-19 con el apoyo de Google Digital News Initiative.
Por ello, llamó a “seguir teniendo mucho cuidado” y “con toda la población”, especialmente con la más vulnerable. “No tenemos ninguna que tenga el 100% de eficacia”, argumentó a pesar de que cada vez son más las autorizadas por los organismos sanitarios internacionales.
“No es abrir una puerta y volver a hace dos años”, aseveró, refiriéndose a que algunas de las medidas que han acompañado a la pandemia, como la mascarilla, el distanciamiento social y el lavado de manos no desaparecerán del todo, aunque su uso “no será tan estricto como hasta ahora”. “Igual es bueno incorporar algunas actitudes a nuestra vida diaria”, reflexionó.
Con ello, Martínez se refirió por ejemplo a que en España “es muy habitual encontrarse muy mal e ir a trabajar, con un resfriado”. “Hay muchas cosas que aprender e incorporar en nuestra propia vida”, zanjó con un emplazamiento a quedarse en casa cuando no se tienen plenas condiciones de salud para acudir al trabajo.
LECCIONES
El presidente del Comité Español de representantes de personas con Discapacidad (Cermi), Luis Cayo Pérez Bueno, añadió en #VacúnaTE que “ojalá” la sociedad lleve las “lecciones” aprendidas durante la pandemia “a una transformación del entorno y de la realidad provechosa”.
“Tendremos que diseñar espacios de convivencia interior, con más ventilación. A lo mejor la restauración tiene que reinventarse más en clave de calle”, agregó.
A ello sumó una reivindicación que afecta a un modelo al que la Covid-19 ha afectado de forma más dura, el de las residencias de personas con discapacidad y mayores. Pérez Bueno sostiene que es un modelo de vida colectiva “impuesta” y “no deseable”, además de “casi ilícito”.
“No se puede obligar a nadie a vivir donde no quiera. No es admisible”, denunció y recordó que el modelo “ya estaba en cuestión” antes de la irrupción del coronavirus.
